Alrededor del 72% de las nuevas enfermedades infecciosas que afectan a los humanos tienen su origen en la fauna silvestre, y esta tendencia sigue en aumento. Los grandes bosques de Mesoamérica desempeñan un papel crucial al proporcionar servicios naturales esenciales que contribuyen a mantener el equilibrio de la salud y el bienestar tanto de los humanos como de los animales. La conservación de estos ecosistemas es fundamental para protegernos de la aparición de nuevas enfermedades. En este contexto, el enfoque de One Health busca preservar ese equilibrio y aplicar estrategias a diferentes escalas, con el objetivo de garantizar la salud de todos los habitantes del planeta.
El Programa de Salud de WCS se enfoca en identificar los lugares y las formas en que estos riesgos para la salud están surgiendo, con el fin de implementar el enfoque de One Health en la conservación de la biodiversidad y la gestión de áreas protegidas en Mesoamérica. Asimismo, busca mitigar la transmisión de enfermedades en la interfaz entre humanos, animales domésticos y fauna silvestre, mientras monitorea, vigila y mitiga los impactos de enfermedades zoonóticas y aquellas que afectan a la fauna silvestre y sus reservorios. Además, investiga los vínculos entre la salud, la biodiversidad y los ecosistemas intactos, resaltando la importancia de estos para mantener el equilibrio ecológico y la salud global.
En los cinco grandes bosques de Mesoamérica, que contienen el 7.5% de la biodiversidad mundial, los esfuerzos de WCS son vitales no solo para la conservación de especies, sino también para la prevención de enfermedades emergentes. La biodiversidad no solo es esencial para los ecosistemas, sino que también juega un papel crítico en la regulación de la salud planetaria. Proteger estos ecosistemas garantiza un entorno más saludable para todas las especies que dependen de ellos, incluidos los humanos.
El aumento del contacto entre humanos y fauna silvestre, especialmente a través del comercio ilegal de especies, ha facilitado la transmisión de nuevos virus capaces de infectar a diversas especies hospedadoras. En respuesta, WCS trabaja activamente en toda la región para reducir el impacto del comercio ilegal de fauna, una actividad que no solo pone en riesgo la vida silvestre, sino que también aumenta las posibilidades de que surjan nuevas enfermedades transmisibles entre humanos.
Además, promovemos prácticas de producción sostenible que fomenten la coexistencia armoniosa entre la agricultura y la fauna silvestre. A través de una gestión integrada de paisajes, buscamos reducir los desechos y la contaminación, lo que a su vez disminuye el riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas. Estas prácticas ayudan a garantizar que las actividades humanas no comprometan la salud del medio ambiente ni contribuyen a la aparición de nuevos patógenos.
Finalmente, mediante el enfoque de One Health, WCS trabaja para aumentar la conciencia sobre los riesgos de enfermedades zoonóticas y emergentes en todos los niveles de la sociedad. A través de la implementación de programas de monitoreo y vigilancia, apoyamos estrategias de reducción de riesgos, fomentando una respuesta coordinada que prevenga futuros brotes de enfermedades y asegure la salud tanto de los humanos como de los ecosistemas que nos sustentan.