La guacamaya roja (Ara macao) es la especie de guacamaya más ampliamente distribuida, lo que le permite estar clasificada como de "Preocupación Menor" según la Lista Roja de la UICN. Sin embargo, la subespecie mesoamericana (A. m. cyanoptera), que habita en la Selva Maya y la frontera entre Honduras y Nicaragua, enfrenta serias amenazas debido a la caza furtiva y la pérdida de su hábitat, principalmente causadas por incendios forestales, la expansión de la ganadería y el crecimiento de asentamientos humanos.
En la región occidental de la Reserva de la Biosfera Maya (RBM) se encuentra uno de los hábitats más críticos para la anidación y alimentación de la guacamaya roja en la Selva Maya. En Guatemala, la mayoría de los nidos de esta especie se ubican en el árbol "Cantemó" (Acacia glomerosa), especialmente en el ecosistema oriental de Laguna del Tigre y áreas adyacentes, incluidas las concesiones forestales manejadas por comunidades locales.
Durante más de dos décadas, WCS ha liderado esfuerzos para preservar la población de guacamayas rojas en la RBM mediante varias actividades estratégicas:
1.Protección de hábitat y nidos: En colaboración con el gobierno guatemalteco y comunidades locales, hemos mejorado la protección en cinco sitios clave de anidación, asegurando la supervivencia de estas aves en sus entornos naturales.
2.Monitoreo de tasas de cría: Desde 2002, hemos llevado a cabo un monitoreo constante del éxito de anidación en sitios clave, lo que ha permitido identificar y proteger más áreas vitales para la reproducción de la guacamaya roja.
3.Intervenciones complementarias: Para acelerar la recuperación de la población de guacamayas, implementamos actividades como la cría de polluelos en laboratorios con su posterior liberación en la naturaleza, la ampliación de cavidades de nidos naturales y la instalación de nidos artificiales diseñados para ser seguros contra depredadores como los halcones.
Estos esfuerzos integrales son fundamentales para garantizar la preservación de la guacamaya roja y su hábitat, contribuyendo a la resiliencia de la biodiversidad en la Selva Maya.
Durante estos diez años hemos trabajado en la protección de hábitat, monitoreo del éxito de anidación, evaluaciones del uso de hábitat y distribución de sitios de anidación, construcción de nidos artificiales, educación ambiental en comunidades locales, e involucramiento de miembros de comunidades locales en los esfuerzos de conservación. Además recientemente iniciamos con el programa de atención veterinaria, alimentación suplementaria y manejo de pichones silvestres durante la temporada de anidación. Con estas intervenciones hemos logrado aumentar el número de pichones silvestres que vuelan de los nidos cada año, y nuestros resultados indican que estamos teniendo éxito en promover la recuperación de la población con estas intervenciones.