Corona Morgan

El corredor biológico central de 37,668.85 hectáreas, conocido como la unidad de manejo La Corona-El Morgan, se extiende dentro de la Zona de Uso Múltiple de la Reserva de la Biosfera Maya (RBM), en Guatemala. Este corredor conecta estratégicamente el Parque Nacional Laguna del Tigre con el Parque Nacional Mirador-Río Azul, asegurando el flujo genético de la biodiversidad entre las Zonas Núcleo de la Reserva. Con áreas clave como La Corona, en la parte norcentral del corredor, y El Burral, en el extremo sur, el corredor desempeña un rol fundamental en la conservación de especies amenazadas y en el mantenimiento de importantes ecosistemas de la región.

Biodiversidad y Sitios Arqueológicos en La Corona

La Corona es una de las áreas más ricas en biodiversidad dentro de la Selva Maya trinacional (Guatemala, México y Belice), con una abundancia notable de especies como el Jaguar, el Tapir y el Pecarí de labios blancos. Además, La Corona y El Burral albergan sitios de anidación activa de la Guacamaya roja (Ara macao cyanoptera) desde 2003. En estos lugares, WCS Guatemala ha establecido estaciones de monitoreo y laboratorios para el cuidado de pichones de guacamaya, donde se supervisa tanto el éxito de anidación como la salud de los pichones en estado silvestre.

Culturalmente, La Corona también es significativa, ya que alberga el sitio arqueológico homónimo, conocido en la antigüedad como SakNikte’. Aunque es relativamente pequeño, este sitio contiene monumentos de alta calidad escultórica e inscripciones que narran la historia de los gobernantes de Calakmul, la capital del Reino Kaan y rival de Tikal durante el período Clásico Tardío. Estos registros, que incluyen esculturas excepcionales, enriquecen el valor histórico y cultural de la zona, añadiendo otra dimensión a su importancia ecológica.

ASOSELVA: Nueva Gestión Comunitaria para la Conservación Sostenible

En abril de 2024, la concesión de manejo de La Corona-El Morgan fue otorgada a ASOSELVA, la Asociación de Productores Agropecuarios y Forestales Selva Maya. Esta organización comunitaria, registrada legalmente en 2015 y conformada por 55 miembros del municipio de San Andrés, Petén, posee amplios conocimientos en la gestión de productos forestales no maderables y en la conservación de los recursos naturales de la RBM. La concesión, otorgada por un periodo de 25 años, permite a ASOSELVA realizar manejo forestal certificado, tanto de productos maderables como de no maderables, liderar iniciativas de protección contra incendios y restaurar hábitats en áreas recuperadas de actividades ilegales.

Como parte del acuerdo, ASOSELVA asume el compromiso de gestionar sosteniblemente la unidad de manejo La Corona-El Morgan, con la colaboración de WCS, quien les proporciona conocimientos críticos sobre biodiversidad y técnicas de conservación, incluyendo áreas reservadas para especies sensibles y en peligro. Esta transferencia de conocimientos será esencial para asegurar que la gestión en el corredor tenga un impacto positivo en las especies clave y mantenga la conservación de estos ecosistemas en los próximos años.

Desafíos de Conservación 

A pesar de su importancia para la biodiversidad y la cultura, La Corona y El Burral enfrentan graves amenazas de deforestación e incendios forestales, en gran parte debido a invasores que intentan establecer asentamientos no autorizados. Estas presiones, originadas principalmente desde el oeste del Parque Nacional Laguna del Tigre, ponen en riesgo la conectividad ecológica y la salud de los ecosistemas en la región.

Para enfrentar estos desafíos, WCS Guatemala, en conjunto con CONAP y otros socios, ha implementado una estrategia de protección denominada “El Escudo”. Esta iniciativa busca frenar la expansión de la frontera agrícola y la instalación de nuevos asentamientos, fortaleciendo la presencia en áreas clave mediante campamentos permanentes en El Yesal-El Burral y La Corona. Estos campamentos, operados por personal de CONAP, WCS y aliados, no solo actúan como puntos de disuasión ante actividades ilegales, sino que también permiten el mantenimiento de brechas cortafuegos y la realización de patrullajes para monitorear amenazas en tiempo real. La gobernabilidad en la zona es crucial, y el involucramiento de ASOSELVA representa un paso esencial hacia la protección de estos hábitats críticos a largo plazo.

Con la concesión otorgada a ASOSELVA, La Corona-El Morgan se perfila como un modelo de manejo forestal comunitario, donde la conservación de la biodiversidad y los sitios culturales mayas de la región están en manos de quienes mejor comprenden su valor. A través de una colaboración continua con WCS y CONAP, y mediante prácticas de gestión certificadas, se espera que ASOSELVA contribuya a la conservación y recuperación de especies amenazadas y ecosistemas sensibles, asegurando que esta zona del corredor biológico se mantenga en buenas condiciones durante las próximas décadas.

 

Desafíos de conservación

El área de El Burral y La Corona enfrentan amenazas de deforestación e incendios forestales causados por usurpadores de áreas en la intención de establecer asentamientos humanos no planificados, es una presión que se viene del oeste del Parque Nacional Laguna del Tigre. Estas dos áreas son muy importantes  pues mantienen la conectividad entre el Parque Nacional Laguna del Tigre y el bloque de concesiones forestales comunitarias y el Parque Nacional Mirador- Río Azul, estas dos áreas forman parte del área denominada "El Escudo", una estrategia de protección impulsada por WCS Guatemala, CONAP y otros socios para frenar el avance de la frontera agrícola y el establecimiento de nuevos asentamientos humanos en la zona.

Parte de la estrategia de protección del área ha sido el establecimiento y mantenimiento de campamentos permanentes con personal de CONAP, WCS y otros socios en ambas áreas El Yesal-El Burral y La Corona. Estos campamentos no sólo mantienen personal permanentemente en las áreas para disuadir actividades ilícitas, sino también funcionan para mantener las brechas cortafuegos y realizar patrullajes para monitorear las amenazas existentes. El mantenimiento de la gobernabilidad en la zona es el principal reto para asegurar la conservación a largo plazo de estas áreas.

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