En esta entrevista en ConCriterio nuestro colega Rony García-Anleu, director de investigaciones biológicas de WCS Guatemala, explica cómo el monitoreo biológico a largo plazo en la Reserva de la Biosfera Maya (RBM) se ha convertido en una estrategia esencial para comprender y proteger a esta especie emblemática —y, con ella, a toda la biodiversidad que depende de estos ecosistemas.
A través de estaciones permanentes de cámaras trampa y el análisis de excretas con métodos genéticos, hemos aprendido que:
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En el Parque Nacional Laguna del Tigre, se registra la densidad más alta de jaguares en la RBM, gracias a la variedad de hábitats y a la abundancia de presas como pecaríes de labios blancos y de collar, además de armadillos.
⚠️ Sin embargo, no todo son buenas noticias. Persisten amenazas como la ganadería ilegal, la cacería de fauna silvestre y el gusano barrenador. Al reducirse las presas, disminuyen también las posibilidades de supervivencia del jaguar. En algunos puntos de la RBM, la cacería es más intensa y afecta directamente el equilibrio entre depredador y presa.
🌎 Desde que se creó la RBM en 1990 se temía una rápida pérdida de bosques. Hoy, más de dos décadas de monitoreo nos muestran un panorama mixto: estabilidad en algunos sitios, degradación en otros. Pero también una certeza: donde hay jaguares y sus presas, hay bosques vivos y resilientes.