El Parque Nacional Mirador-Río Azul y el Biotopo Protegido Naachtun-Dos Lagunas forman el núcleo vital de la Selva Maya, una región fundamental para la conectividad ecológica entre México, Belice y Guatemala. Ubicado estratégicamente entre los bosques tropicales de Petén y los ecosistemas subtropicales y secos de Yucatán, este parque alberga una rica biodiversidad de especies propias de ambas regiones, siendo el límite sur para aquellas con afinidad yucateca y el límite norte para especies de los bosques húmedos de Guatemala.
Refugio de Biodiversidad Única
Mirador-Río Azul es un refugio vital para especies emblemáticas como el jaguar y el pecarí labios blancos, ambas monitoreadas por el Programa para Guatemala de WCS. Investigaciones han registrado poblaciones estables de jaguares en áreas clave del parque, incluyendo Mirador, Naachtun y Río Azul. Junto a ellos, el parque es hogar de una gran diversidad de fauna, incluyendo venados cola blanca, pumas, tapires, tepezcuintles y otras especies significativas. En Río Azul, la lejanía de centros poblados y la baja presión humana han permitido un hábitat ideal para estudios sobre el comportamiento y ecología del pecarí labios blancos, reduciendo la amenaza de cacería y preservando un entorno seguro para estas especies.
Este parque también alberga ecosistemas únicos, como el desierto de afloramientos de yeso, un hábitat peculiar y aislado de vegetación baja en el que prosperan especies endémicas, como la iguana de cola espinosa (Cachryx defensor). Este ecosistema, que abarca alrededor de dos kilómetros cuadrados, representa una joya ecológica dentro del parque y complementa su papel como bastión de biodiversidad en la región.
Importancia Cultural y Arqueológica
Además de su valor ecológico, el Parque Nacional Mirador-Río Azul es un tesoro arqueológico de la civilización Maya. Dentro de sus límites se encuentran sitios mayas de gran relevancia como Mirador, Nakbé y Naachtun, además de otros menores como La Muerta y La Muralla. El sitio de El Mirador, descubierto en 1930 y estudiado en profundidad desde 1979, destaca por su arquitectura monumental. Este incluye el complejo La Danta, que alcanza los 70 metros de altura y tiene una base de 300 x 600 metros, considerado uno de los mayores del mundo antiguo. Estos asentamientos mayas, desarrollados en el periodo Preclásico, muestran una sofisticación cultural avanzada, con calzadas que conectan distintos sitios y sistemas de captación de agua. Aunque El Mirador fue abandonado tras el Preclásico Tardío, fue parcialmente reocupado durante el Clásico Tardío, dejando un legado arqueológico de incalculable valor.
Desafíos de conservación
Se considera que la ameneza principal para el Parque es la construcción o mejoras de carreteras sin control, escencialmente debido a los efectos colaterales de proporcionar un acceso fácil sin ningún control, generando invasiones, avance de la frontera agrícola y ganadería, extracción ilegal de madera, cacería, saqueo arqueológico y pérdida de gobernabilidad, como ha ocurrido en otras partes de la Reserva. Un estudio reciente que analizó los impactos de la posible construcción de cuatro tramos carreteros abiertos ubicados al noreste de la RBM estimó para el año 2025 que la deforestación aumentaría en 2,978.7 km² y 2,894.4 km² para dos de los tramos, y se provocaría la pérdida de US$ 33.9 millones y US$6.4 millones para estos dos trampos respectivamente.
Las invasiones facilitadas por carreteras son las segunda amenaza más importante del Parque. La cacería cinegética para propósitos de subsistencia pero especialmente para venta a restaurantes es otra amenaza a la biodiversidad del Parque, especies como pecarí labios blancos (Tayassu pecari), tepezcuintle (Agouti paca), venado cola blanca (Odocoileus virginianus), cabrito (Mazama americana) y aves terrestres entre otros, son especies frecuentemente cazadas. Esta cacería está ligada a fácil acceso y falta de control territorial.
Finalmente los saqueos de los sitos arqueológicos y el turismo no controlado debido a el poco control y vigilancia y el tamaño del área son uno de los retos en los que se está trabajando fuertemente para evitar la pérdida de los recursos culturales del Parque. (Información tomada del Plan Maestro 2009-2013 del Parque Nacional Mirador Río Azul y Biotopo Protegido Naachtun-Dos Lagunas)